LA REVOLUCIÓN LIBANESA - Octubre 2019 Por Sergio Jalil
LA REVOLUCIÓN LIBANESA
Por Sergio Jalil
LAS RAZONES DEL DESCONTENTO POPULAR
El 17 de Octubre de 2019 se desató en el Líbano una revuelta popular sin precedentes y de características únicas y diferentes a todas las manifestaciones populares que habían tenido lugar en ese pequeño país mediterráneo.
Las razones que generaron la protesta tienen su origen en el enojo que los libaneses vienen acumulando desde hace años y están directamente vinculadas al deterioro en el standard de vida y la percepción de que los gobernantes han gerenciado mal al estado por desidia, por ambición y beneficios personales o bien simplemente por incapacidad, afectando la vida cotidiana de los libaneses.
El temor a la amenaza de una crisis severa y colapso económico y el fantasma de una devaluación que afectará a los ahorros, pensiones estatales y el aumento de costos de la vida diaria y la posibilidad de cubrir necesidades básicas, se ha generalizado y convertido en la principal preocupación del pueblo y motivación para manifestarse.
Como respuesta a la inminente crisis, el gobierno decidió la implementación de políticas regresivas, incrementando impuestos, reduciendo beneficios a los empleados estatales y a los jubilados, sin realizar las reformas estructurales que terminen con el despilfarro, la corrupción y una mejor administración de los recursos del estado. En definitiva el gobierno sin reconocer errores, exige que el pueblo pague las consecuencias de su mala gestión.
Esta revolución, tiene un alto grado de espontaneidad, no es estructurada ni tiene líderes y tampoco un objetivo claramente definido ni pre-acordado entre los participantes. Es el momento en el que los libaneses protestan, se manifiestan su hastío y hartazgo y desconfianza en la capacidad de la clase política de resolver sus problemas cotidianos, expresando todas sus frustraciones y demandas en contra del gobierno, clase dirigente y el sistema político en general.
Lo inédito y novedoso de esta nueva "Revolución Libanesa" del 2019 es que está compuesta por actores políticos diversos, no es sectaria y tampoco dirigida por ningun partido politico y se conforma por individuos de todas las clases sociales, y que es transversal a las ideologías políticas, a las regiones geográficas y hasta las diferencias generacionales. Hay una sensación de unidad y solidaridad compartida y entienden que todos los libaneses tienen un destino común que va más allá de su pertenencia a una comunidad religiosa u otra. Los perjudicados son todos los libaneses y los beneficiarios del sistema son unos pocos, de diferentes sectas pero que entre ellos tienen una evidente complementación y alianza para conservar el poder mientras esgrimen distinciones sectarias para mantener sus prerrogativas, privilegios y liderazgo.
Fue notable el nivel y alcance de la solidaridad interregional y sectaria: cuando manifestantes chiíes fueron agredidos en Nabatieh (sur del Líbano) por milicianos de Amal y Hezbollah, los manifestantes,de amplia mayoría suní, en Trípoli (Norte del Líbano) cantaban: "Estamos con ustedes hasta la muerte pueblo de Nabatieh...a resistir" similares cantos y expresiones se escucharon en otras regiones y entre otras comunidades, lo que bastó para que algunos inescrupulosos líderes políticos salieran a declarar que eso era reflejo de intervención de agentes extranjeros, como si el pueblo libanés no fuera capaz de unirse más allá de su religión y pensamiento político ni expresarse libremente .
Manifestaciones en Trípoli |
El eje central de las protestas gira en torno a la insatisfacción provocada por el "establishment" en el que los líderes de los partidos (que en muchos casos son los ex miembros de las milicias que se enfrentaron en la guerra civil desde 1975 hasta 1990) se reparten el poder político y los mecanismos de control de la administración del estado entre ellos por medio de acuerdos electorales, de gerenciamiento de ministerios, control de sectores de la Administración Pública y de esa manera consolidan un sistema clientelista y corrupto que les permite mantenerse en el poder y generar dependencia a sus seguidores y acólitos de los respectivos partidos.
Paralelamente, la clase política utiliza como instrumento, las diferencias sectarias, incentivando la diferenciación y división confesional, como eje de la política para mantener a sus respectivas comunidades bajo control y exagerando el temor de que cualquier modificación o alteración del delicado balance confesional sería en detrimento de su comunidad y en ese sentido se auto convierten en líderes no solo políticos y partidarios sino también sectarios, lo cual les otorga un grado mayor de legitimidad en una pais de estructuras y bases confesionales como modelo de coexistencia.
Pero como si esto fuera poco, estos líderes juegan permanente con la política regional e internacional, permitiendo y alentando, la ya de por sí nociva intervención de intereses extranjeros en la vida institucional libanesa. Así es como los políticos suníes recurren a países como Arabia Saudita, Egipto o Turquía invitándolos a "intervenir" en la política libanesa, los chiíes hacen lo propio con Irán, Irak y Siria, los drusos con sus co-religionarios de Siria e Israel y también con su tradicional potencia amiga Rusia y los cristianos hacen lo mismo con Estados Unidos, Reino Unido, Francia y hasta el Vaticano.
Beirut es el centro de la Manifestaciones pero se replican en todo el país |
Pero todo esa estructura maliciosa para el desarrollo normal de la vida política de la Nación son a modo de antecedente para entender la disfuncionalidad estructural de la política libanesa, a lo que hay que agregarle el fracaso en la administración estatal resaltada por la corrupción endémica de los funcionarios, miembros del parlamento y ministros y secretarios de las diferentes carteras que son utilizadas como instrumento personal de negocios y base central del sistema de clientelismo político.
Estas son las razones por las que un país con tampoco habitantes tiene 30 ministros. En primera instancia los jefes partidarios, se ponen de acuerdo para distribuir el poder teniendo en cuenta las proporciones confesionales y en segundo término no es menos importante es la utilización de los ministerios y el erario público para sustentar la relación clientelista y partidaria con sus seguidores y votantes. Pero además el sistema ha sido "perfeccionado" de tal manera que cuando un ministro cristiano o de tal partido tiene bajo su control a determinada área de la Administración Pública y un ciudadano musulmán que no es parte de su entorno político, necesita algo de ese ministerio específicamente, este individuo recurre a su líder político musulmán para que entre los ministros o sus subalternos "negocien" los favores solicitados ya que seguramente algún cristiano del entorno del ministro de esa comunidad, eventualmente necesitará de algún favor que está bajo la órbita del ministro musulmán. De esta manera, el clientelismo se retroalimenta y se consolida por acuerdo entre los funcionarios que son nada más y nada menos que los líderes de los partidos políticos o sus principales figuras que terminan siendo socios comerciales aún siendo rivales políticos.
Este perverso sistema, mantiene a los funcionarios más ocupados en mantener su cartera y su estructura política que en implementar las políticas de estado necesarias para mejorar los servicios y proveer las necesidades de la población redistribuyendo los recursos a la población de manera natural como rol funcional del Estado. O sea que el Estado está al servicio de los partidos y los partidos al servicio de sus líderes que de ese modo mantienen su estructura clientelista, pero además se enriquecen con contratos asignados a empresarios amigos, familiares o en muchos casos y sin ningún tipo de reparo, a nombre de empresas propias creadas para enriquecerse personalmente con los recursos o contratos estatales.
No es casual que casi todos los líderes de partidos políticos libaneses sean multimillonarios y los nuevos ricos del Líbano.Tampoco es casual que la gente demande que se "vayan todos" y cuando algún líder político pretende utilizar las manifestaciones para beneficio propio o de su partido o secta, la respuesta siempre es: "todos quiere decir TODOS"
Pero para sostener este tipo y nivel de organización, se requiere de un estado rico o bien del endeudamiento de gobierno para poder mantener el sistema. Y es allí en donde encontramos la relación directa entre la deuda pública libanesa y la corrupción.
El Líbano en los últimos 30 años, ha acumulado una deuda exorbitante (150 billones de dólares) que supera hoy el 151% de su Producto Bruto Interno (56 Billones de dólares) siendo el tercer país más endeudado del mundo en relación a su PBI
Producto Bruto del Líbano |
Deuda del Tesoro Libanés |
Pero como el Libano llego a ese nivel de acumulacion de deuda? La respuesta está en la financiación de los bancos libaneses que tomaban depósitos a tasas mucho más elevadas que el mercado internacional y le prestaban esos recursos al Estado por medio de la emisión de bonos del Banco Central del Líbano a tasas increíblemente jugosas para los bancos que también se convirtieron socios del sistema y obtuvieron beneficios de cifras siderales. Hoy la realidad es que la caída en los depósitos en el sistema financiero libanés, por temor a la irrecuperabilidad de los mismos y la creciente y exagerada suba en las tasas que no consiguen convencer a los ahorristas a tomar semejante riesgo, han provocado el fantasma del desfinanciamiento del estado y en definitiva la posibilidad de un default, y posible colapso del sistema financiero libanés.
EFECTOS EN LA ECONOMÍA REAL DE LA POBLACIÓN
Este intrincado mecanismo de corrupción y distribución discrecional de los recursos del estado y la dilapidación de las reservas y recaudación impositiva, fue provocada por la inclinación de los gobernantes a un desarrollo defectuoso e insuficiente de la infraestructura del país, priorizando inversiones en donde podria haber algun negocio colateral o que permitiera obtener algún beneficio de preservación de la política clientelista y sectaria. Así fue como se reconstruyó el centro de Beirut, las autopistas Tyro-Saida-Beirut-Trípoli y Beirut-Damasco y se generaron varios kilómetros ganados en rellenos de zonas costeras con importantes beneficios inmobiliarios que los amigos del poder aprovecharon , pero se quedaron postergadas las zonas de menores recursos en el Sur, centro y norte del país, dejando un importante desfase en desarrollo y progreso que fue aprovechado hábilmente por grupos como Hezbollah que financiaba (con fondos provenientes de Irán) el desarrollo e infraestructura que el estado no cubrió, y de esa manera estableció un mecanismo paralelo de filiación política y lealtad social sectaria y política creciendo exponencialmente como milicia, organización política y entidad benéfica de manera integral.
Cadena Humana de manifestantes :170 kilómetros de Tiro a Trípoli |
El efecto del despilfarro de los recursos del estado, repercute en el deterioro o insuficiencia de la infraestructura de producción energética, provocando cortes regulares de energía en casi todo el territorio nacional de hasta 8 horas por dia, con lo que se desarrolló un muy bien organizado negocio privado de producción y venta de energía por generadores que la gente contrata para mitigar la falta de electricidad y que a precios exageradamente altos, suplementan (costeado por los consumidores) las deficiencias de la distribución estatal y al mismo tiempo crearon un nicho de mercado para empresarios (muchas veces ligados a los políticos y ministros) que se benefician con un negocio de gran envergadura y rentabilidad.
Otra de las grandes falencias del Estado, tiene que ver con las condiciones de sanidad ambiental que resultan en una inaceptable contaminación del país producto de políticas inadecuadas y desidia en la regulación de las construcciones que generan recursos por pago de derechos pero provocan un descontrolado y caótico desarrollo urbanístico no planificado sin consideraciones de polución visual, ambiental y deficiencia en infraestructura.
La pésima administración y manejo de los desperdicios y basura, han significado un notable incremento en la contaminación de acuíferos, vertientes y ríos, ademas de la acumulacion incontrolada de desperdicios que en el 2016 explotó con las manifestaciones civiles que derivaron en la campaña "You Stink"(ver "Algo Huele mal en Beirut ..." )
La crisis de la basura, aún no fue resuelta y las respuestas que el gobierno ha dado son tan polémicas como insuficientes ya que se decidió crear áreas de relleno y depósito de basura en zonas aledañas a la ya contaminada costa mediterránea y en algunos casos una precaria pared separa peligrosamente la basura acumulada no procesada de las aguas y playas libanesas. Por otro lado la decisión de construir plantas de quemado de basura son fuertemente resistidas por los habitantes de zonas aledañas ya que serían las víctimas del humo de incineradoras y el desagradable olor de los depósitos y quema de basura cerca de sus hogares.
En definitiva, el Estado no ha cumplido en su función de proveer los servicios básicos, desarrollar infraestructura y proveer contención social. La población libanesa, que se había acostumbrado a esas falencias durante la guerra, toleraron un tiempo a los otroras líderes de milicias, ahora convertidos en administradores del estado, pero la guerra terminó hace 30 años y no hay justificación alguna para que estas deficiencias continúan siendo similares a cuando el estado estaba desarticulado y era casi inexistente.
La población sigue padeciendo los mismos problemas pero ahora a mayores costos, porque no solo hay impuestos nuevos sino que además se han agravado con el crecimiento poblacional, la presencia de refugiados que suponen una presión adicional a la infraestructura, y el desarrollo sin controles o en función de beneficios para corruptos y amigos o familiares del poder político.
EL DESENCADENAMIENTO DE LA CRISIS ACTUAL
Según lo detallado más arriba, la crisis no fue repentina ni por una sola causa, sino que esta relacionada con la acumulacion de errores, manipulacion, corrupcion y desidia de los que detentaron el poder en los últimos 30 años.
Basta es Basta |
Como ingrediente adicional, la secuencia de incendios que se produjeron el 13 de Octubre pasado, desnudaron la incapacidad del Estado a proteger a la población de este fenómeno provocado por la combinación de excesiva sequía y altas temperaturas. En la región del Chouf, quizás la mejor preservada en cuanto a la naturaleza y menor desarrollo urbanístico del país, más de 100 focos de incendios generaron pánico, pero además furia cuando los 3 helicópteros que el Estado tiene para combatir ese tipo de eventos, no estaban operativos debido a la falta de mantenimiento. Estos helicópteros que habían sido donados por ciudadanos libaneses en 2009 incluían fondos para mantenerlos hasta el 2012, fecha a partir de la cual la manutención pasaba a cargo del Estado y estaban dentro del presupuesto aprobado y erogado por el gobierno. Pero en realidad a pesar de que los fondos figuran como asignados y distribuidos, los helicópteros no fueron mantenidos desde 2014 con lo que nuevamente la corrupción se convirtió en el foco del problema y esta vez la población ya decidió que no tolera más este tipo de situaciones incrementando el cúmulo de frustraciones y enojo con el gobierno y la clase política en general
El detonante de la crisis, además de la frustración de la sociedad con el tema de los incendios, fue la decisión del gobierno actual de crear un nuevos impuestos: subir el Impuesto al Valor Agregado del 10 % al 15% ( 50% de incremento) y también la creación de un nuevo impuesto al uso de las plataformas de telecomunicaciones por wi-fi o internet como WhatsApp con un costo de 20 centavos de dolar por dia de uso. Es importante tener en cuenta que el Líbano tiene una severa deficiencia en la infraestructura de redes de telefonía móvil e internet que funcionan a baja velocidad y con uno de los costos más elevados del planeta. Es por eso que la mayoría de los libaneses, que aun soportando el costo excesivo de servicio de internet, optan por comunicarse por plataformas que como principio y modelo de negocio son establecidas como gratuitas y que el gobierno con sus dos empresas monopólicas de telefonía aceptó al permitir el acceso de whatsapp al Líbano.
En consecuencias este nuevo impuesto, fue simplemente la última gota que derramó el vaso de la paciencia y la aquiescencia de la población libanesa.
LA INICIATIVA DE LA REVUELTA
Un grupo de jóvenes pertenecientes a LI HAQQI (organización social y política que propone derribar la estructura política de la postguerra libanesa y que sostiene un sistema secular y con fuerte sentido social y protección de las clases menos privilegiadas económicamente) inicio protestas con un grupo de 50 personas en las cercanías de la casa de gobierno y rápidamente se convirtieron en 200 a medida que las noticias de levantamiento se propagaban y la incipiente manifestación se convirtió en multitudinaria con una notable concentración de personas en la plazas y espacios abiertos del Centro de Beirut. Al la noche, el levantamiento se transformó en un movimiento masivo con columnas de manifestantes que llegaban de todo el territorio libanés y se expande también hacia otros centros urbanos como Trípoli, Saida, Jounieh, Nabatiye, Zahle, Zouk y Baalbek que además por la creciente cantidad de participantes se cortaban rutas y dificultan el tránsito por la inesperada y rápida difusión y expansión de la protesta con un alto nivel de solidaridad en todo el país. La revolución ya no era solo en Beirut sino un verdadero levantamiento nacional.
Las protestas se generalizaron y por primera vez en la historia del Líbano, incluyeron a manifestantes de todas las confesiones religiosas, de diferentes clases sociales y de diversas ideologías políticas. Los lemas: "que se vayan todos" y " todos quiere decir todos" da cuenta de que toda la clase política está siendo cuestionada y que no hay ningún líder ni ningún partido exento de críticas y todo por encima de la identidad religiosa y orientación política de cada uno. La gente salió a defender al Líbano y a su único y auténtico soberano que es el pueblo libanés.
Las demandas son variadas y diversas, pero todas tienen en común que buscan el bienestar de la población, la aplicación de justicia y la eliminación de la corrupción, el clientelismo y el mal manejo del Estado.
Los manifestantes reclamaron la renuncia del gobierno, la conformación de un nuevo gabinete de técnicos que sean expertos en sus áreas de gobierno y que se acabe con el reparto de los ministerios como botín de guerra entre los partidos políticos de acuerdo a los resultados electorales y por negociación entre ellos. Un gobierno que resuelva la crisis económica teniendo en cuenta los intereses del pueblo y no de la clase política y sus socios en el sector financiero. Se demanda una reforma judicial que condene a los corruptos y que exija la devolución de los recursos robados al estado.
El pueblo perdió la confianza a la clase política, demanda elecciones parlamentarias anticipadas previa instauración de una nueva ley electoral que no favorezca al sistema de control partidario y reformule los distritos de manera que no se utilicen la elecciones para favorecer al sistema imperante.
Revolución |
LA REACCIÓN DE LA CLASE POLÍTICA
Las reacciones de los líderes políticos fue tan variada como dispar: Las Fuerzas Libanesas de Samir Geagea optaron por hacer renunciar a sus tres ministros y alejarse del gobierno buscando solidarizarse con los manifestantes y acompañar los reclamos. El Kataeb bajo la conducción de la familia Gemayel, que no son parte del gobierno rápidamente se plegaron a los manifestantes y recalcaron su calidad de oposición. El Primer Ministro Saad Hariri dijo inicialmente que se que tomaría 72 horas para considerar sus opciones y tras cumplirse ese periodo se dirigió a la población proponiendo aprobar el presupuesto del 2020 con una reducción al 0.6 de déficit fiscal, retractar los dos impuestos propuestos, reducir el salario de los diputados y ministros en un 50%, y comprometiéndose a pedir a los bancos que aporten 3.4 billones de dólares por medio de un impuesto temporal de emergencia temporal sobre sus ganancias y también a presentar una ley para la restitución de fondos producto de la corrupción. También propuso la privatización de las dos compañías telefónicas cuyo dueño es el estado , la eliminación del Ministerio de Información . Hariri dijo: "Sabemos que sus demandan son más amplias y las tendremos en cuenta, pero esto es lo que podemos hacer ahora" y aclaro" " el gobierno no va a permitir que los intimiden y que se protegerán las demostraciones pacíficas" .
Desde el exterior se vio con beneplácito la respuesta del gobierno, pero los manifestantes entendieron que era demasiado poco y demasiado tarde y además no se les explicó con claridad cómo serían los mecanismos de esas medidas y continuaron expandieron los reclamos. Hariri se colocó entre la espada y la pared: por un lado los manifestantes que ejercen presión popular y por el otro sus socios políticos, Hezbollah, Amal y el Movimiento del Frente Patriótico del Presidente Michel Aoun que no están dispuestos a ceder ante los manifestantes.
Walid Jumblatt, del Partido Socialista Progresista y líder tradicional de la comunidad drusa, se plegó a Hariri pero con la ambivalencia tradicional que lo caracteriza sin emitir un compromiso claro.
Nabih Berri, Presidente del Parlamento, líder de Amal y principal partido de la comunidad chií del Líbano se llamó al absoluto silencio, tras la preocupación por las manifestaciones y expresiones adversas de miembros de su propia comunidad que se expresaron en contra de las políticas de su partido en Nabatieh, lugar donde 3 manifestantes resultaron heridos por grupos de choque de su organización política.
Gebran Bassil, actual Ministro de Relaciones Exteriores y Jefe del Partido de Aoun (su suegro) tiene el récord de ser la persona más insultada durante las demostraciones por temas vinculados a la corrupción, su creciente incitación a fomentar sectarismo, violencia verbal y autoritarismo en su modo de operar en la política. además de su insistencia en normalizar las relaciones con el dictador Sirio Bashar Assad , mientras culpa a los refugiados sirios de todos los problemas que tiene el Líbano y solidifica su sociedad casi dependiente con Hezbollah con el objeto de construir y consolidar su candidatura a la presidencia de la República para suceder a su suegro el General Michel Aoun.
Hassan Nasrallah, jefe de Hezbollah, simplemente minimizó la importancia de las manifestaciones diciendo que deben cesar y que no es el mecanismo de cambio que el único camino revolucionario es el que representa Hezbollah y que se opone a la renuncia del gobierno,
Michel Aoun, Presidente de la República, ausente por más de 7 días, finalmente habló por medio de una conferencia grabada y claramente editada sin ofrecer soluciones ni propuestas concretas, dejando una imagen de un líder cansado, inmóvil y hasta evidenciando cierto deterioro en su salud y fortaleza física.
Todo esto solo sirvió para avivar las protestas, los intentos del gobierno de aparentar normalidad llamando a las universidades y escuelas a operar normalmente fue sobrepasado por la inasistencia y huelga decretada por profesores y alumnos. Durante la semana la gente que tenía que trabajar lo hacía, pero por las tardes se unían a los manifestantes y si no llegaban hasta Beirut por el corte deliberado de rutas y accesos, se reunían en diversos puntos en todo el Líbano, como en Saida, Trípoli, y Zouk. La revolución no se diluye, simplemente se desparramo y se convirtió en un fenómeno Nacional .
El nerviosismo de los partidos políticos dominantes se hizo evidente cuando empezaron a circular teorías conspirativas tan incongruentes como ridículas en las que sostenían que las manifestaciones eran producto de "una mano negra" enemiga del Líbano... lo cual provocó más fervor entre los revolucionarios porque percibieron la desesperación de los políticos. Allí fue cuando grupos de choque pertenecientes a Amal y Hezbollah, que temen perder el control de "las calles" se dirigieron a Beirut a provocar con actos de violencia y agresión a los manifestantes que permanecieron fieles a sus principios no violentos y reclamaron la protección de las fuerzas de seguridad del Estado (policía y ejército). Fue importante que estas fuerzas intervinieron en defensa de los manifestantes, repeliendo a los agresores y evitando una profundización de la violencia.
Finalmente el 29 de Octubre, el Primer Ministro Saad Hariri presenta su renuncia al no poder sostener más la presión de todos los sectores en pugna y el Líbano entra en un periodo de incertidumbre y peligrosa inestabilidad, justo en el momento en el que sus finanzas y economía atraviesas la peor crisis de la historia. Pues el Presidente del Banco Central del Líbano Riad Salameh , tan solo 24 horas antes de la dimisión de Hariri declaró:" Estamos a días de una debacle económica sino se resuelve la crisis actual" declaración altamente contrastantes con sus propias declaraciones algunos días atrás en las que se jactaba de la salud de la entidad que dirige y la capacidad del Líbano a soportar cualquier amenaza de un descalabro económico- financiero.
Lo cierto es que desde más de dos meses comenzaron a escasear los dólares en el Líbano y los bancos llamaron a sus deudores más relevantes (empresas locales) a cancelar sus deudas anticipadamente causando una fuerte retracción de la masa monetaria por medio de una fuerte elevación de las tasas activas a más del 18% anual en dólares causando severos problemas a los tomadores de crédito, ya que los bancos prefieren prestar al Estado que es un voraz consumidor de préstamos y los fondos provenientes de los depósitos comienzan a escasear. Las empresas que deben importar pan, petroleo y la gran mayoría de los insumos para manufactura y consumo necesitan dólares, que los bancos no permiten retirar de los bancos y se debe recurrir al mercado paralelo en donde también los dólares comienzan a escasear. Esto es parte integral de la crisis que el gobierno libanés y el propio Banco Central negaban hasta hace muy poco tiempo,
LO QUE PUEDE VENIR
Sería imprudente hacer futurología y aventurar una opinión sobre lo que pueda pasar en el Líbano en los próximos días y meses, pero si se puede detallar los condicionantes y las variables que se deben tener en cuenta para analizar las posible salidas a esta encrucijada:La renuncia del Primer Ministro Hariri es un triunfo de los manifestantes y un problema para las fuerzas políticas de la alianza dominante (El Movimiento Frente Patriótico, Amal y Hezbollah). Deben decidirse a convocar a un gabinete de tecnócratas independientes que es lo que pide la gente o bien imponer su control y establecer un gobierno totalmente representativo de sus ideas políticas lo cual no solo tendrá la oposición de Hariri, las Fuerzas Libanesas, Jumblatt y el Kataeb sino también de todos los manifestantes, ampliando la grieta que hoy divide al Líbano y que no es sectaria. Un gobierno dominado por Hezbollah aislaria más al Líbano del mundo árabe, de Europa y de los Estados Unidos con quienes el país siempre se han mantenido buena relaciones.
Hariri es el principal interlocutor con los organismos y internacionales que ofrecieron ayudar a paliar la crisis económica (los 11 billones de dólares ofrecidos por CEDRE de parte de la Unión Europea) y también es visto como moderado en Estados Unidos y todavía goza de cierto (aunque reducido) prestigio en los países del golfo y naturalmente Arabia Saudita por ser contrapeso a Hezbollah y al gobierno de Bashar Assad en Siria
El pueblo libanés dijo basta ! Se hartó de su clase política con la que no se siente representada por lo tanto nuevas elecciones serían una posible salida siempre y cuando se acuerde una ley electoral que no refleje los intereses de los partidos dominantes de hoy ni se configuren distritos según sus intereses. Pero un elemento fundamental será la masiva participación de todos los libaneses en las próximas elecciones ya que solo una fracción del padrón se manifiesta con sus votos y eso implica que solo los partidos de mayor capacidad de movilización y presencia regional llegan a obtener diputados. La democracia debe ser ejercida por el pueblo y para eso hay que ir a votar y dejar de lado la apatía y la actitud derrotista de que nada puede cambiarse. pues también puede haber una revolución en la urnas. Si todos los que manifiestan votan, seguramente la composición parlamentaria sería diferente.
El ejército libanés hasta ahora ha cumplido su palabra y misión de proteger al pueblo y aunque existen muchos indicios que permiten entrever cierto nivel de coordinación y entendimiento con Hezbollah (milia armada de similar poder de fuego), en lo que está pasando ahora, el ejército claramente optó por proteger a los manifestantes hasta con coerción y firmeza. Como continua es relación entre las tres partes es por ahora un misterio. Hay quienes piensan que al actual comandante en Jefe del Ejército Libanés, Joseph Aoun (pariente lejano del actual presidente) podría ser un probable candidato, aunque de hecho, faltan todavía 3 años para que el parlamento elija a un nuevo presidente. Otro elemento importante es la enemistad manifiesta entre Gebran Bassil y el Comandante del Ejército y tan solo esa variable le daría fuerza y popularidad entre los manifestantes actuales. La pregunta pertinente es si el Ejército libanés estaría dispuesto a arriesgar a una ruptura con Hezbollah si fuera necesario y asumir el rol de unificador nacional aun a costo de una nueva guerra civil en la que sin duda, una vez más las potencias extranjeras intervendrán de uno y otro lado, una perspectiva que asusta y es indeseada por todos los libaneses.
El gran inconveniente en atender las reformas y demandas de los manifestantes, es que los actuales ministros del gobierno temen perder sus prerrogativas y además no son respetados ni creíbles para los manifestantes.
EL Presidente Michel Aoun, ausente en la primera etapa de la crisis pareciera estar tomando un rol más activo, y en su último discurso habló de su comprensión a los manifestantes y vilificó al sistema político sectario por el cual fue elegido y parecía querer colocarse por encima del clientelismo, nepotismo y corrupción como si su familia (con varios miembros en el gobierno) no fuera parte del sistema y su partido y aliados no hubiera sido actores estelares en la formación de un gobierno tan inoperante y como nefasto y comprometido con su base sectaria.
Es impredecible lo que pueda suceder en el Líbano, pero se pueden percibir algunos escenarios posibles:
Lo ideal sería la formación de un gobierno de tecnócratas de ministros elegidos por su capacidad y no por su pertenencia sectaria o filiación política , que presenten soluciones y propuestas aceptables para la población. Pero se corre el riesgo que las diferentes fuerzas en puja por preservar sus privilegios y beneficios políticos no aprueban ni la gestión ni la conformación del gabinete.
Otro posible escenario es la conformación de un gobierno dominado por el bloque mayoritario (el Eje Movimiento Patriótico Libre (de Aoun y Bassil) Amal (de Berri) y Hezbollah. Pero esto contaría con la automática oposición de los demás partidos y además el rechazo de los manifestantes y tambien la sensacion de que el Líbano ha caído bajo absoluto control de Hezbollah lo cual impediría recibir recursos de ayuda de países del golfo, Europa y Estados Unidos.
EL escenario más temido es la prolongación del impasse y el vacío de poder que pueda alimentar a y ser aprovechado por grupos extremistas y fundamentalistas, teniendo en cuenta la situación de Siria y sabiendo que ISIS y demás grupos islámicos se especializan en radicalizar a sociedades divididas en países vulnerables.
En síntesis, esta Revolución Libanesa ha logrado desnudar las falencias del sistema y asimismo a consolidar la idea que es posible la unidad de los libaneses por encima de sus diferencias sectarias, ideológicas, geográficas y hasta sociales.
La Revolución de los Cedros del 2005, puso la bandera del Líbano por encima de cualquier otra, la Revolución del Líbano del 2019, en nombre de esa misma bandera, exige que el pueblo sea partícipe de su destino, no como un conjunto de sectas separadas forzosamente por un sistema confesional que beneficia a los líderes políticos sino como una Nación unida en la cual cada individuo puede conservar sus creencias, su fe y sus ideas, pero que comparte una identidad única y un destino común para todos los libaneses.
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